Es de las patologías más comunes en los gatos así que cuando el veterinario te dice que tu mascota está obesa, no te ofendas.
El sobrepeso y la obesidad no son signos de una mascota saludable y tienen las mismas consecuencias en los animales que en los humanos: trastornos locomotores, diabetes, colesterol, cardiopatías, dificultad para higienizarse, etc.
Las causas son variadas y van desde una alimentación incorrecta hasta un trastorno metabólico pasando por problemas emocionales.
El veterinario debe buscar la causa y tanto si el problema es la sobrealimentación o una enfermedad, deberá plantear cual es la dieta adecuada.
Todos hemos oído en algún momento que una mascota castrada engorda inevitablemente. Esto no es cierto; cuando se castra un animal, disminuyen los requerimientos nutricionales que son necesarios para la reproducción y el aumento de peso se soluciona adecuando la cantidad de calorías que le damos de comer, ya sea disminuyendo la cantidad de alimento o suministrando uno con menos calorías.
La mayoría de personas con gatos con sobrepeso no saben que su mascota se encuentra en esa situación ya que no reconocen los síntomas ni saben detectarlo visualmente. El gato doméstico tiene que pesar de media entre tres kilos y medio y cinco kilos y medio aunque esto dependerá de su raza y sexo. Algunas razas de gatos pequeños apenas llegan a los tres kilos y las razas de gatos grandes pueden superar los ocho kilos.
Cuando observes al gato desde arriba es importante que su cintura tenga la forma de un reloj de arena que adelgaza en las costillas. Pero si tu gato ensancha por encima de las costillas y al tocarle sólo notas grasa, posiblemente tenga sobrepeso. Es hora de una dieta.
ALGUNOS DATOS DE INTERÉS:
Importante, no hagas cambios drásticos en su alimentación. Antes de hacerlo consulta a tu veterinario si quieres que tu gato comience a bajar de peso.
La mitad de los felinos domésticos pesa más que de lo que debe y uno de cada diez presenta obesidad. Claramente, muchas de nuestras mascotas son gatos gordos.
Si nuestra mascota le gusta dormir mucho (duerme unas 18 horas al día) y se mueve únicamente parar recorrer la distancia que separa su cama del platito de comida es lógico pensar que va a engordar.
En una dieta para gatos gordos hay que empezar reduciendo la cantidad de grasas. Con 200 g de alimento seco al día, un gato adulto y sano tiene suficiente, está bien alimentado.
Intenta que el gato haga ejercicio estimulándole poco a poco.
Si tu gato tiene acceso al exterior puede que se esté alimentando de raciones de otros animales o de otros animalitos que caze en sus expediciones. Controla qué come.
Si tu mascota está esterilizada, aliméntala con una ración específica y ponle la cantidad que indica el paquete o la que te recomiende el veterinario.
Hoy en día hay toda una línea de alimentos balanceados formulados específicamente para diferentes problemas de salud, incluida la obesidad.
Si no estás seguro de la situación de tu mascota acude a un veterinario a que le pese y le haga una revisión.