El aumento de la salinidad en el agua de OSE también generó preocupación por su posible impacto en la salud de las mascotas.
Es fundamental proporcionar agua dulce y fresca a los perros en todo momento para mantener su hidratación adecuada, no dejes de darle agua.
Eso sí, hay que tener cuidado con los perros y gatos que tienen problemas cardíacos y renales. Tal como se recomienda para los humanos, en estos casos convendría que tomaran agua embotellada.
La diferencia de gusto para las mascotas es difícil de manejar, sobre todo en los gatos. Tienen el gusto bastante afinado, por lo que cualquier cambio en la comida y agua podría derivar en que tomen menos.
Se podría dar agua mineral, pero como también tiene otro gusto a la que están acostumbrados, es cuestión de probar. En el caso de los perros también pueden generar un rechazo al gusto, pero no es tan habitual como en los gatos.
Cuando nuestras mascotas beben agua con exceso de sal, puede desencadenar desequilibrios electrolíticos en su organismo, tales como: deshidratación, aumento de la sed, vómitos, diarrea, daño renal e incluso toxicidad en casos graves.
Además, el consumo regular de agua salada puede contribuir a problemas gastrointestinales crónicos en los perros. Si el aumento del límite es transitorio, por 45 días, como se prevé, el riñón es capaz de manejar ese aumento de la sal sin afectar la salud del animal.
Si crees que tu perro ha ingerido agua con exceso de sal en grandes cantidades y presenta síntomas de malestar, es recomendable contactar a tu veterinario para obtener asesoramiento y tratamiento adecuado.