Hoy queremos hablarte sobre algo que a veces pasamos por alto, ¡pero es crucial para la salud de nuestros amigos!
Conocé a Rómula, o como le dicen sus amigos, Romu. Esta valiente canina de 11 años llegó a nuestra consulta con un problema de tos. Después de un examen general minucioso que no reveló problemas aparentes, decidimos explorar algo que a menudo los dueños olvidan revisar: su cavidad bucal.
Lo que encontramos nos dejó perplejos y reafirmó la importancia de estar al tanto de la salud oral de nuestras mascotas.
Decidimos realizar una sedación para llevar a cabo una toma de muestra, y los resultados confirmaron nuestras preocupaciones: Romu tenía un melanoma amelánico, uno de los tumores más agresivos en la cavidad bucal de los animales.
Por suerte, está respondiendo de manera positiva a su tratamiento sintomático, y su valentía nos inspira cada día.
Pero esto nos recuerda cuán importante es la medicina preventiva. A veces, las señales pueden ser sutiles, y es fundamental acudir a la clínica incluso cuando parece que «no pasa nada».
Cuidar la salud bucal de nuestras mascotas no solo significa mantener su aliento fresco y su sonrisa brillante, ¡sino también prevenir problemas más graves!
La boca es una ventana a la salud general de ellos, y un chequeo rutinario puede marcar la diferencia en su bienestar.
En nuestra clínica, nos enorgullece brindar atención integral a nuestros pacientes, no solo cuando están enfermos, ¡sino también para mantenerlos saludables y felices durante toda su vida!
Así que, ¡no subestimes la importancia de abrir la boca de tus compañeros peludos!